LA SEDUCCIÓN DEL FÚTBOL
O LA FIEBRE DEL “SOCCER”
EN LOS ESTADOS UNIDOS
Hace
algo más de un año, a mediados de marzo de 2013, Alex Fontes se preguntaba en
las páginas del diario digital lainformación.com
“¿Por qué demonios el fútbol no cala en Estados Unidos?” Y ofrecia dos
titulares más, que resumían muy bien su artículo: “El fútbol es el octavo deporte en importancia en los Estados Unidos”. “El
origen del juego, el bajo tanteo y los empates hacen poco atractivo el balompié
para los americanos”.
Sostenia el articulista, con los datos de hace quince
meses, que “el 'deporte rey' en el resto del mundo no lo es en ese país y ni tan
siquiera está cerca de serlo... En la actualidad es el octavo deporte en
seguimiento, empatado con otros tan minoritarios en nuetro país como el golf o
la natación, además en las cadenas de televisión deportivas no se emite más de
un encuentro a la semana de la MLS, la Serie A o la Liga BBVA. ¿Por qué si en
otros países es un deporte hegemónico y que unipolariza el seguimiento
deportivo, en EE. UU. no acaba de convencer?” A continuación, el periodista
intentaba encontrar las razones de esta situación y citaba motivos de todo
tipo: históricos, culturales, estructurales e incluso tecnológicos.
Sin
embargo, hace unos días, Luis Fajardo ofrecía un titular muy distinto en la
página web de BBC Mundo: “Estados Unidos se deja seducir por el gran negocio del fútbol”. Y
agregaba: “El futbol sigue con la marcha gradual pero inevitable a la conquista
de su última gran frontera, la estadounidense. Y su progreso, en época de
Mundial, puede medirse en dólares. O más precisamente, en cientos de millones
de dólares”.
Para
explicar la “seducción” que los Estados Unidos están viviendo con el deporte
del balompié, Fajardo alude a los altos niveles de audiencia televisiva de
algunos de los partidos del Mundial, la compra de entradas –son los segundos,
después de Brasil- y el dinero que las grandes cadenas está pagando para llevar
los encuentros mundialistas a los hogares estadounidenses. Nunca se habian
pagado cifras como las de ahora.
El
periodista da cuenta de un caso muy ilustrativo, el de Jacksonville, en La
Florida, que presenta como “una ciudad provinciana del sur de Estados Unidos,
la zona más conservadora y menos abierta a la influencia extranjera en el país”,
donde el fútbol, quizá por eso mismo, nunca tuvo un interés especial. “El
sábado 7 de junio pasado –refiere-, 52.033 personas se hicieron presentes en el
estadio Everbank de esa ciudad para hacer lo que hacen aficionados futboleros
en todos los rincones del mundo: apoyar desde las tribunas a su selección. El
combinado estadounidense jugaba ahí su último encuentro amistoso de preparación
contra Nigeria. Si el fútbol vende en Jacksonville, puede vender en cualquier
lado”.
Hoy, el diario LA VOZ DE GALICIA le concede honores de
portada al éxito del fútbol en los Estados Unidos. Y ofrece un titular bien significativo: “Mundial 2014: El Tío Sam
abraza el fútbol”, titula. Y añade: “Los aficionados de Estados Unidos se
contagian de la fiebre del soccer”. En la crónica que ofrece, firmada por la
agencia Europa Press, comienza señalando que “los aficionados estadounidenses
al soccer se agolparon usando los colores de su bandera en estadios y
frente a pantallas gigantes el martes para ver el partido de su selección de
octavos de final del Mundial, en el que Estados Unidos cayó
ante Bélgica en el tiempo extra”.
¿A qué se debe este gran ambiente, con pantallas de TV en las calles?
El informador lo tiene claro. Piensa que “el buen papel de la selección
estadounidense en Brasil encendió pasiones en un país en el que el fútbol nunca
ha sido muy popular, pero donde se organizaron fiestas gratuitas para ver el
encuentro de costa a costa mientras los hinchas llenaban bares y restaurantes”.
Por
el ultimo, el diario electronico argentino lavoz.com
considera que “Estados Unidos se ha rendido ante el fútbol. Se moviliza el imperio. El Mundial de fútbol
está logrando una importante penetración en Estados Unidos, donde siempre
corrió en desventaja respecto del básquet, el béisbol y el fútbol americano”.
Este
medio valora un detalle muy significativo: “El jueves pasado, una foto conmovió
a Joseph Blatter. No, no fue la de Luis Suárez llorando en el balcón de la concentración de Uruguay.
Para el presidente de la FIFA, ese era un tema menor. Lo que lo movilizó fue la imagen de Barack
Obama, el presidente de los Estados Unidos, sentado frente al
televisor en el avión AF1 para alentar a la selección de su país. Nada menos. Haber
seducido al hombre más poderoso del planeta y a millones de sus habitantes le
hizo vivir a Blatter un día fantástico. Mientras los sudamericanos nos
recuperábamos de la dura sanción a Suárez y debatíamos sobre la honorabilidad
de la Fifa, el mandamás del fútbol mundial disfrutaba de la foto de Obama.
Estados Unidos se ha rendido ante el fútbol. Obama es uno de los millones de
estadounidenses que están convirtiendo al fútbol (no al “futból”) en pasión de
multitudes”.
“Un gigante de semejante tamaño se
ha despertado. Se ve por las calles de Brasil. Miles de hinchas pintados de
azul, rojo y blanco caminan por Copacabana felices de la vida. Se cruzan con
argentinos, con brasileños y no se sienten menos. Siempre orgullosos de “USA”,
llegaron a la Copa
del Mundo con la fuerza de una potencia. “En poco tiempo más estarán
peleando por el título de campeones mundiales”, afirma Andrés Fassi, director del Pachuca en México… No es casualidad: en
2013, el fútbol se convirtió en el segundo deporte más popular de Estados
Unidos para los jóvenes de 12 a 24 años, y supera a la NBA, a la MLB y al
fútbol Americano”.
JOHAN CRUYFF
JUGÓ EN EE.UU.
Retirado
del fútbol del máximo nivel en Europa, después de sus grandes éxitos en el Ajax
holandés y el FC Barcelona, Johan Cruyff,
el ganador de tres Balones de Oro y una de las cuatro más grandes figuras del
fútbol del siglo XX y el mejor de Europa, según la FIFA, decidió jugar en
Estados Unidos. Y así fue como, aunque se esperaba que fichara por el New York Cosmos, que entonces dirigía la
Warner Bross a través de los hermanos Ertegun, esta enorme figura del fútbol
acabó enrolándose en las filas de Los
Ángeles Aztecs.
Cruyff
debutó en el fútbol estadounidense el 23 de mayo de 1979. Lo hizo marcando 2
goles y con un resultado final de 3-0. Al final, convirtió un total de 16 goles
en 27 partidos. La temporada siguiente, en 1980, fichó por los Washington
Diplomats, con los que jugó 27 partidos y marcó 10 goles. Después
jugó unos meses en el Levante, de la
Segunda División española, y regresó de nuevo a Washington para jugar cinco
partidos.
A su
paso por el fútbol USA, Cruyff fue elegido Mejor Jugador de la NASL (North American Soccer League) en 1979 y
1980.
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