UN ADIOS EMOCIONADO A
DON MANUEL SANTIAGO
D. Manuel Santiago y su esposa, Doña Mercedes Martinez
NACIDO EN NARÓN, BECERREÁ, LUGO, TENIA TAN
SOLO DOS AÑOS CUANDO SUS PADRES LE LLEVARON A LA HABANA, DE DONDE SALIÓ PARA
PUERTO RICO EN 1961
JAMÁS OLVIDÓ SUS RAICES GALLEGAS. FUÉ
PRESIDENTE DEL CENTRO GALLEGO DE PUERTO RICO DESPUÉS DE JESÚS ALCALDE Y ANTES
DE JOAQUIN QUIÑOY EIRAS
SE CELEBRARÁ UNA MISA POR SU ETERNO
DESCANSO EN LA IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE BELÉN DE LA AVENIDA SAN PATRICIO,
QUE ERA SU PARROQUIA EN SAN JUAN
NUESTRO MAS SENTIDO PÉSAME A SU MUY
ESTIMADA FAMILIA, ESPECIALMENTE A SU VIUDA, DOÑA MERCEDES MARTINEZ, Y A SUS
HIJAS, MARIA ELENA Y MERCEDES, ESPOSA DE DON FRANCISCO CARBALLO,
VICEPRESIDENTE DEL HOSPITAL AUXILIO MÚTUO
Habia superado un reciente accidente,
sufrido a la puerta del condominio donde residia, y nadie podía esperar que un
hombre tan lleno de vitalidad, como era Don Manuel Santiago Freijo, fuese a decirnos adiós a la edad de 87
años, que llevaba muy bien, cuando Santiago de Compostela, la capital de
Galicia, se dispone a vivir el dia grande de sus fiestas de la Ascensión.
Pero esa es la triste noticia. Manolo Santiago, como le conocíamos sus
muchos amigos, ha fallecido en San Juan, Puerto Rico, que fue su hogar durante
cincuenta y cuatro años, desde 1961, cuando logró salir de Cuba e iniciar una
nueva vida, partiendo de cero, como todos los exiliados cubanos. Fue el segundo
gran cambio vital de este ilustre gallego-cubano-puertorriqueño, que a muy
temprana edad, con solo dos años, tuvo que dejar el lugar de Narón, en el
ayuntamiento lucense de Becerreá, en Galicia, donde había nacido el 1 de abril
de 1928.
Manuel Santiago siempre estará en
nuestra memoria, porque, además, deja una familia muy apreciada por cuantos
tenemos la suerte de conocerla y estimarla. Sus hijas –Mechu en Puerto Rico y Maria
Elena en California- nos recordarán siempre a este hombre bueno y generoso,
del que será muy difícil olvidar su carácter, siempre optimista y positivo, y
su ejemplo de vida. Lo mismo sucederá con sus nietos, tanto los dos boricuas como los tres del
continente, que lo adoraban.
Jamás olvidó su origen gallego, del que estaba orgulloso, pese a haber
dejado su tierra galaica con solo dos años. Por eso mismo, ni que decir tiene que,
en cuanto pudo, quiso pisar de nuevo las “corredoiras” del lugar donde nació y
respirar el aire de sus montañas. Galicia y España eran para el referentes
esenciales. Tampoco olvidó Cuba, donde se educó, se hizo hombre y encontró a la
mujer de su vida. Fueron treinta y un años que tuvieron un triste final, pero nunca
perdió un ápice de su cubanía. Por último, Puerto Rico fue su gran hogar, donde
mas tiempo vivió –cincuenta y cuatro años- y donde reposará para siempre.
Próximamente, su familia ofrecerá una Misa por su eterno descanso en la
iglesia de Nuestra Señora de Belén, que era la parroquia a la que pertenecia.
Está en la Avenida San Patricio, de San Juan, muy cerca del condominio donde
residia. Enviamos a su viuda, de la que era inseparable, y a toda su familia de
América y Galicia nuestro mas sentido pésame.
La fiesta de su 84 cumpleaños
AQUEL REPORTAJE…
El 2 de abril de 2012, este blog
publicó un reportaje gráfico y literario sobre el cumpleaños número ochenta y
cuatro de Don Manuel Santiago. Surgió de forma espontánea y nos permitió descubrir
su entrañable personalidad. Este era el texto, que hoy cobra nueva dimensión,
en la hora del adiós a un hombre de bien:
“Don Manuel Santiago Freijo es un miembro de la
colectividad gallega de Puerto Rico respetado y querido por todos. Es
de los que no faltan nunca a las actividades y un ejemplo para los más
jóvenes. Llegó a la Isla del Encanto, como casi todos los demás paisanos,
a raíz del giro al comunismo que experimentó la Perla del Caribe, y aquí supo
rehacer su vida, ver crecer a sus hijas y nietos, y desarrollar
una reconocida actividad profesional.
Nacido en Narón, Becerreá, provincia de Lugo, Don Manuel
fue llevado a La Habana por sus padres cuando tenia tan sólo dos años. En la
capital cubana fue a la escuela pública y, con el tiempo, se convirtió en un
cotizado mecánico de automóviles americanos, primero de la Ford y luego la
Dodge. Fue, precisamente, la Dodge quien logró que pudiera salir de Cuba en
1961 hacia Puerto Rico, huyendo de la dictadura. Aún hoy, agradecido, recuerda
que el señor Walter Fernández, que tenia la concesión de la Chrysler, fue quien
lo mandó llamar y lo arregló todo.
Ya instalado en la isla borinqueña, Manuel Santiago
pasaría después, junto con otro paisano, Luis Díaz, a trabajar en la
International, que era un gran taller especializado en camiones. Luego lo
ficharon en una casa de reconstrucción de motores, hasta que creó con Cándido
González un taller de reconstrucciones de vehículos, especializado también en
sistemas de frenado. Finalmente, cinco años después, optó por crear su propia
empresa, a la que llamó Puerto Rico Rebuilder, que desarrollaría una gran
actividad bajo su dirección durante una veintena de años, hasta que la
vendió con motivo de su jubilación.
Con su hija y sus nietos boricuas, Paquito y Juan Carlos
“LOS GALLEGUITOS”
Pese a que lleva en el Caribe toda su vida, Don Manuel
siempre se ha sentido gallego y tiene muy presente que a su familia le
decían “Los galleguitos”. Recuerda muy bien que sus padres siempre le hablaron
en idioma gallego y que en el hogar habanero de los Santiago siempre se vivió
como si estuvieran en Galicia, incluso en lo que se refiere a las comidas y las
celebraciones del año. Por eso, confiesa
que jamás se ha olvidado de su tierra natal, lo mismo que hicieron
sus padres y su hermano Dositeo –dos años mayor que él-, que están enterrados
en La Habana.
El matrimonio con Maria del Pilar Barba
A Galicia ha regresado en varias ocasiones. Eso sí, la primera vez tardó
cuarenta años en volver y en poder abrazar en Becerreá a su tia Carmen. Pero
ahora va con frecuencia y, con los 84 cumplidos esta semana, lo que mas desea
es volver a pisar de nuevo los lares nativos para poder darle un beso a su
sobrina-nieta Ania, que reside en Madrid, y disfrutar de las cosas de Galicia y
de España con su yerno, el empresario Paco Carballo; su hija Mercedes, sus nietos
Paquito y Juan Carlos… Tampoco se olvida de su hija Maria Elena y de su esposo,
Bob, ni de los nietos que esta reconocida profesora gallego-cubana-americana le
ha dado y viven en California. Pero la persona mas importante de todas es,
naturalmente, su esposa, Mercedes Martinez Cruz, hija de asturianos, la gran
compañera y el mayor éxito de su vida, que ayer, como siempre, no se separaba
de su lado. ¡Que cumpra moitos mais, Don Manuel!”, terminaba el reportaje.
Descanse en paz, decimos hoy con tristeza y esperanza.
Descanse en paz, decimos hoy con tristeza y esperanza.
El viaducto de Narón
NARÓN, BECERREÁ
Narón, donde vino al mundo Don Manuel Santiago, es un lugar de la parroquia
de Santa Baia de Guilfrei, una de las veintiséis del ayuntamiento de Becerreá, situado
en la parte oriental de la provincia de Lugo, en la comarca de Os Ancares. Son
lugares con muy poca población. Según el Instituto Galego de Estatística, la
parroquia contaba en 2011 tan sólo con 47 habitantes.
En la actualidad, el nombre lucense de Narón es conocido por el impresionante viaducto que lleva esta denominación, inaugurado en el año 2002. Se trata de una obra extraordinaria, con un diseño en arco, del que se dice que es el mas espectacular y representativo de los trece viaductos y dos túneles de la autovía A-6, que convirtieron el tramo Becerreá-Pedrafita en el más caro de la red viaria española, con un presupuesto entonces que alcanzó los 31.000 millones de las antiguas pesetas. Este viaducto se encuentra en el tramo Agüeira-Cereixal de la Autovia del Noroeste.
EL “ORITA”
Manuel Santiago supo siempre, porque se lo contaron muchas veces sus
padres, ya que el tenia dos añitos, que el barco en el que emigraron de Galicia
a Cuba fué el vapor “Orita”. De aquel
barco solo sabe el nombre. Pero hoy queremos ofrecerle un regalo muy especial
de cumpleaños: algunos datos sobre aquel buque que lo llevó hasta el otro lado
del mar.
Construido en Belfast, Irlanda del Norte, en 1903 por los astilleros
Harland and Wolff –los mismos que hicieron el Titanic- para la compañía naviera
Pacific Steam Navigation, el “Orita” era un barco de muy buena estampa que
tenia dos helices y dos mástiles, desarrollaba una velocidad de crucero de 14
nudos y desplazaba 9.239 toneladas. En sus camarotes de primera clase podia
acomodar 169 pasajeros, 111 en los de segunda y 528 en los de tercera. Además,
llevaba una dotación de 172 tripulantes. El buque fué llevado al desguace en
1932.
Parroquia de Guilfrei, Becerréa, Lugo, Galicia