El presente artículo
sobre la Navidad puertorriqueña es obra de nuestro amigo Primitivo
Martinez, natural de Ponferrada y editor en Puerto Rico. El
trabajo lo escribió en un principio para sus compañeros de bachillerato del
Instituto Gil y Carrasco de la capital del Bierzo, pero ha dado su autorización
a este blog para reproducirlo, lo que mucho le agradecemos.
LA VERDE Y AZUL
NAVIDAD BORICUA 2012
Por Primitivo Martinez
Editor
Navidades,
aunque en invierno, con verano. La blanca Navidad no es tal; es verde, el
color de los campos y de las montañas; es azul, por el color de la mar.
Dicen los expertos que las Navidades puertorriqueñas son las de mayor duración del mundo, desde Thanksgivin (Acción de gracias), tercer jueves de noviembre, hasta las octavitas de enero, sobre el catorce.
Aquí, el amor por lo festivo proviene de los aborígenes taínos y de los del sur de España, también. Además del calor, se visten de color las casas y apartamentos, adornados de luz hecha colores; con vistosos árboles navideños de pino natural, esplendorosamente adornados; y algún que otro belén; sobre todo los tres Santos Reyes y el no menos santo, Santa Claus; un singular sincretismo nos acompaña cada Navidad. Todo en una atmósfera muy sentimental, muy chévere y llena de revoluses, además de muy costumbrista y folclórica, con Trullas, Parrandas o Asaltos Navideños y Aguinaldos, porque las Navidades en Puerto Rico trascienden, y en mucho, lo religioso.
Dicen los expertos que las Navidades puertorriqueñas son las de mayor duración del mundo, desde Thanksgivin (Acción de gracias), tercer jueves de noviembre, hasta las octavitas de enero, sobre el catorce.
Aquí, el amor por lo festivo proviene de los aborígenes taínos y de los del sur de España, también. Además del calor, se visten de color las casas y apartamentos, adornados de luz hecha colores; con vistosos árboles navideños de pino natural, esplendorosamente adornados; y algún que otro belén; sobre todo los tres Santos Reyes y el no menos santo, Santa Claus; un singular sincretismo nos acompaña cada Navidad. Todo en una atmósfera muy sentimental, muy chévere y llena de revoluses, además de muy costumbrista y folclórica, con Trullas, Parrandas o Asaltos Navideños y Aguinaldos, porque las Navidades en Puerto Rico trascienden, y en mucho, lo religioso.
Las
Parrandas, formadas por grupos familiares y de amigos o vecinos, acompañadas de
güiros, maracas, panderetas, cuatros y guitarras para acompañar los cantos:
“Traigo esta trulla para que te levantes…”; “Ábreme la puerta…que estoy en la
calle, y dirá la gente que esto es un desaire”. “Si no me das de beber,
lloro…si no me das de beber”.”Prendiste la luz, metiste la pata, ahora sabemos
que estás en la casa”. Los dueños de la casa se supone que los inviten a entrar
y los obsequien con comida y licores e incluso que se unan al grupo para seguir
la fiesta de casa en casa. Las Parrandas también se conocen como Asaltos por lo
inesperado de la visita.
Los
Aguinaldos, además de canciones navideñas, son los regalos navideños que, para
toda la familia, pone Santa Claus en Noche Buena debajo del árbol para el Día
de Navidad; y los que se dan a todos los servidores públicos, carteros,
basureros, portadores de los periódicos.” Pidiendo el aguinaldo nos fuimos de
casa en casa”. Los regalos de Reyes son sólo para los niños.
La
gastronomía navideña es típica, lechón asado a la varita, arroz con gandules,
arroz con dulce, pasteles de plátano, morcillas, cuajitos, guineítos
sancochados, tembleque…, todo regado con coquito, ron caña, cervezas…
La despedida
de año lo desborda todo; el sentimiento se transforma hasta en lágrimas, besos
y abrazos de alegría, por el año que viene, y de tristeza también, por el año
que se va y por los que ya no están. Y con el ruido de los petardos y de las
bombas festivas, en medio de ensordecedor ruido, todo Puerto Rico se desea:
FELICIDADES. FELIZ AÑO NUEVO. FELICIDADES que, por la magia navideña, entra en
vuestro hogar. Para, de nuevo, el cíclico retorno volver a empezar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario